Situada en la comarca del Campo de Calatrava, el pueblo de Almagro, con un marcado clima mediterráneo continental, está rodeado por grandes extensiones cultivadas con cereales, vides y huertos que reciben el agua de los pequeños ríos estivales que discurren por estas tierras, los arroyos Pellejero y Cuetos. Nuestro campamento base para esta visita lo estableceremos en un hotel de cuatro estrellas en Valdepeñas. Una ciudad que también recorreremos con toda la familia para conocer su Plaza de España, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, la de los Trinitarios y los museos municipal, del Vino y de los Molinos, además de pasear la ciudad para dejarnos atrapar por la ruta de las esculturas y descubrir a don Quijote de la Mancha, a los valdepeñeros ilustres y los momentos que marcaron la historia de la conocida como Ciudad del Vino, cuna de la D.O.P. Valdepeñas.
Esta semana, desde nuestro hotel con spa en Valdepeñas, nos acercamos a conocer la localidad de Almagro, conocido a nivel mundial por su reconocido Festival Internacional de Teatro Clásico. Su historia como gran urbe arranca en el siglo XIII cuando, eclipsada por la proximidad de Oreto y Calatrava la Vieja, los maestres de la Orden de Calatrava la eligen lugar de residencia y centro de gobierno de sus posesiones. El maestre Gonzalo de Yáñez le concede Fuero en 1213, confirmado por Fernando III en 1222, y en 1273 Alfonso X convoca Cortes en la villa.
Almagro fue una pequeña corte en aquellos tiempos en que la Orden de Calatrava gobernaba desde aquí sus amplias posesiones, siendo la capital histórica del Campo de Calatrava. Esto provocó que numerosas familias poderosas de toda España y de muchos lugares de Europa se asentarán en estas tierras y dejarán su huella con magníficas residencias que embellecieron los espacios públicos. De ahí que, desde 1972, esté considerado conjunto histórico-artístico.
Nuestro paseo, una vez tenemos las pilas cargadas tras haber descansado en nuestro hotel de vanguardia en Valdepeñas, puede comenzar en la oficina de turismo, ubicada en el antiguo Hospital de San Juan de Dios. De ahí nos iremos hasta la Plaza Mayor, situada en el casco histórico. De planta rectangular irregular, cuenta con dos lados con soportales con columnas toscanas de piedra y dos plantas de galerías corridas que en origen estuvieron abiertas al exterior, pero que actualmente se encuentran cerradas por un acristalamiento de estilo centroeuropeo que la hace única en España. Las galerías, en tiempos pasados, sirvieron para presenciar actos públicos, festivos y religiosos, como las famosas corridas de toros que se realizaron hasta que fueron prohibidas por el rey Carlos III allá por 1785. En la otra parte de la plaza corresponde a los jardines, donde está la escultura ecuestre de don Diego de Almagro, conquistador de Perú y Capitán General del Reino de Chile.
Pero quizás por lo que se más conocida Almagro, a una media hora en coche de nuestro hotel de cuatro estrellas para toda la familia en Valdepeñas, es por su Corral de Comedias, único que se ha conservado intacto y en uso desde el siglo XVII hasta nuestros días. Fue construido en 1628 por Leonardo de Oviedo a partir de una remodelación del antiguo Mesón del Toro, con la instalación de un tablado y un espacio para el público que imitaba las galerías de la Plaza Mayor. Y es que estos espacios escénicos durante el Siglo de Oro español solían coincidir con los patios de los mesones, posadas o casas de vecinos. Fue remodelado en los años 50 de este siglo.
El Corral de Comedias está conformado por el zaguán, acceso desde la calle al recinto y donde, como curiosidad, durante las obras de restauración se encontró una baraja fechada en 1725 que se conserva en la actualidad en el Museo Nacional del Teatro; la Alojaría, cuyo nombre se debe a que en este soportal frente al escenario se vendía la Aloja, bebida elaborado con agua, miel y especias, además de fruta y frutos secos; el patio, reservado para la clase social más baja y donde se asistía de pie a las representaciones teatrales; la Cazuela y la Tertulia o Desván, primer corredor frente al escenario ocupado por mujeres que accedían por una entrada diferente a las de los hombres; los Aposentos o Galerías, corredores a modo de palcos reservados, dado su mayor precio, a las familias con mayor poder adquisitivo y donde podían mezclarse hombres y mujeres; y el Tablado o escenario, debajo del que se encontraba la bodega que hacía las veces de camerino de los actores, mientras que los de las actrices se ubicaban tras la fachada del teatro.
