Demuéstrale a tu pareja lo mucho que la quieres. Se acerca el día de San Valentín, la fiesta por antonomasia de los enamorados. Ya tienes una excusa, aunque no sea necesaria, para acercarte a descubrir, o a redescubrir si ya las has visitado con anterioridad, la bonita ciudad manchega de Valdepeñas. Esta festividad de origen cristiano que se celebra cada año el 14 de febrero para conmemorar las obras llevadas a cabo por san Valentín de Roma, relacionadas con el concepto universal del amor, es un momento perfecto para vivir una experiencia única en un hotel de cuatro estrellas con spa.
Podemos empezar este romántico fin de semana dando un paseo por la ciudad para dejarnos sorprender por su Plaza de España, un espacio que alberga buena parte de la vida social de la ciudad y que cuenta con la peculiaridad de que las paredes de las fachadas de los edificios que la conforman están pintadas en azul y blanco. Allí, a muy poca distancia de nuestro hotel de vanguardia en Valdepeñas, se encuentran el edificio del Ayuntamiento y la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, un templo que se inicia en el siglo XV y se levanta sobre los restos de una antigua fortificación musulmana de los siglos XII y XIII.
Las tierras de La Mancha, este lugar de la geografía española donde se halla Valdepeñas, fueron testigos silenciosos de los amores de Alonso Quijano, más conocido como don Quijote, y la sin par Aldonza Lorenzo, quien ha pasado a los anales de la historia como Dulcinea del Toboso. Para recrear algunos de los pasajes de esta memorable novela de Miguel de Cervantes, Valdepeñas cuenta con una ruta de las esculturas dedicada por entero a este idealista caballero andante. También hay obras dedicadas a los valdepeñeros ilustres y a aquellos momentos de la historia que han marcado el devenir de esta ciudad.
Si a nuestra pareja le apasiona el pasado, podemos acercarnos a conocer dos enclaves arqueológicos de extraordinaria importancia histórica. A muy corta distancia se encuentra el poblado íbero del Cerro de las Cabezas. Se trata de un gran oppidum, o conjunto de casas fortificado, que cuenta en lo alto del cerro con una construcción que los estudiosos de la zona consideran como una acrópolis. Perteneció a Oretania, región que abarcaba la parte suroriental de la Meseta y la zona oriental de Sierra Morena. Las excavaciones en este yacimiento, a unos 6 kilómetros de nuestro hotel con encanto en pleno casco urbano, han dejado al descubierto solo una pequeña parte de la ciudad íbera que esconde, aunque ya pueden apreciarse parte de las áreas urbanas y defensivas, mostrando su estilo urbanístico conformado por áreas domésticas, almacenes, santuarios, murallas y torreones, además de las vías que las unían.
Y a algo más de 40 minutos en coche nos encontramos con el yacimiento de la Motilla del Azuer, el yacimiento más representativo de ese momento de la historia de la Humanidad, entre los años 2200 y 1300 antes de nuestra era, en Castilla-La Mancha. Se trata de un espacio fortificado de altos muros, dentro de una tipología de asentamiento único en la Prehistoria de la Península Ibérica, las motillas, elevaciones artificiales que se alzan dentro de un espacio completamente llano. El elemento más destacado es un gigantesco pozo de casi 20 metros de profundidad, catalogado como la estructura hidráulica más antigua de la Península y, muy probablemente, de toda Europa, ubicado en un gran patio trapezoidal situado al este de la fortificación. Con la perforación de las terrazas del río hasta llegar al nivel freático, el pozo satisfacía las necesidades de agua de la población.
Y si lo que prefiere es un entorno natural único, podemos dejar nuestro hotel de cuatro estrellas en el centro de Valdepeñas para acercarnos a uno de los dos parques nacionales con que cuenta Castilla La Mancha, el de Cabañeros y el de Las Tablas de Daimiel, o al Parque Natural de Ruidera. El primero está declarado Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y alberga especies en peligro de extinción como la cabra montesa, al águila imperial ibérica o el buitre negro. Aquí podemos disfrutar de actividades como visitas guiadas en vehículos 4x4, senderismo y paseos en bicicleta o a caballo, observación de aves, rutas en piragua o kayak por las aguas del río Bullaque…
Ruidera, declarado Parque Natural en 1979, Reserva de la Biosfera en 1981 y Zona de Especial Protección para las Aves en 1988, es la mayor representación en nuestro país de lagos formados por la acumulación de carbonato cálcico, modelando la conocida como toba calcárea. El Parque se ubica en el Alto Valle del Río Guadiana sobre una superficie de unas 4.000 hectáreas. Las lagunas se relacionan entre sí a través de pequeñas cascadas y arroyuelos que las enlazan con la siguiente inferior, salvando un desnivel de más de 140 metros entre la Laguna Blanca (cota 870 m.) y el embalse de Peñarroya (730 m.). Y, finalmente, Las Tablas de Daimiel, un maravilloso humedal rico en fauna, flora e historia en el que podemos llevar a cabo visitas guiadas en vehículos a zonas restringidas, observación de aves, educación medioambiental, senderismo por itinerarios cómodos, paseos en familia…
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