Como parece que el buen tiempo nos va a acompañar esta semana, aunque quizás siga haciendo, aunque suban algo las temperaturas, un poco de frío, la propuesta para pasar unos días en la provincia de Ciudad Real, alojados en un hotel de cuatro estrellas en Valdepeñas, tiene que ver con la naturaleza. Nuestro destino será la Hoya de Cervera, muy cerca de la localidad de Almagro, donde nos acercaremos también para conocer entre otros lugares su famoso corral de comedias. Se trata de un maar interior, es decir, un cráter volcánico ancho y bajo producido por una erupción hidromagmática, causada por agua subterránea que entra en contacto con lava caliente y que suelen llenarse de agua, formando un lago de cráter de poca profundidad.
La Hoya de Cervera, a no mucha distancia en coche de nuestro alojamiento en la provincia de Ciudad Real, fue declarada Monumento Natural en el año 1999. Su cráter, de unos dos kilómetros de diámetro, alcanza una profundidad de 120 metros y, como es habitual en muchos de los maares del Campo de Calatrava (Laguna de Michos, Microrreserva Laguna de Caracuel, Monumento Natural Volcán y Laguna de Peñarroya y Laguna de la Posadilla, entre los más de 60 localizados en la zona), suelen llenarse de agua, formando una laguna en épocas de lluvias abundantes.
Lo que lo hace especial es que se aprecia su geometría completa, pudiendo reconocerse todos los elementos que caracterizan a estos edificios volcánicos, tales como anillos de tobas y oleada piroclástica (productos expulsados por la erupción), depresión central y laguna temporal en el interior del cráter. Cuando nos acerquemos a conocerlo, tras dejar por unas horas la comodidad de nuestro alojamiento en Valdepeñas, contamos con un panel informativo que nos ayudará a identificar cada una de sus partes.
La Hoya, considerada un perfecto humedal que acoge a un gran número de aves que la eligen como lugar de reproducción, está encuadrada junto a la sierra de Arzollar, salpicada en sus laderas de enebros, encinas y retamas sobre los que, si la suerte nos acompaña un poco, podremos ver volar algún águila real o, más cerca de las riberas, algún aguilucho lagunero.
La cercanía a la localidad de Almagro nos permite, antes de regresar a nuestro hotel con spa en Valdepeñas, darnos una vuelta para conocer algunos de sus muchos encantos. Uno de ellos es su Corral de Comedias, único que se ha conservado intacto y en uso desde el siglo XVII hasta nuestros días.
Fue construido en 1628 a partir de una remodelación del antiguo Mesón del Toro, con la instalación de un tablado y un espacio para el público que imitaba las galerías de la Plaza Mayor. Y es que estos espacios escénicos durante el Siglo de Oro español solían coincidir con los patios de los mesones, posadas o casas de vecinos. Fue remodelado en los años 50 de este siglo.
También cuenta esta localidad, a no más de media hora de nuestro alojamiento en Castilla La Mancha en la ciudad de Valdepeñas, con un interesante patrimonio histórico-religioso, comenzando por la que muchos consideran la obra cumbre del Barroco triunfante o Barroco decorativo de finales del siglo XVII en la provincia de Ciudad Real, la iglesia de San Agustín.
La iglesia de Madre de Dios está ubicada en el que fuera Hospital de Nuestra Señora de la Mayor, solares comprados por la villa en 1546. Cuenta con dos portadas barrocas en los lados norte y sur y una torre inconclusa proyectada en el siglo XVII. Mandada reedificar sobre la ermita del Salvador por el banquero alemán Jacobo Függer en el siglo XVI para agradecer a Dios todos los beneficios recibidos por su familia a lo largo de su vida, aparece la iglesia de San Blas.
Larga fue la construcción sobre una capilla primitiva de la iglesia de San Bartolomé, ya que se inicia alrededor de 1625, pero no se concluye hasta el último tercio del siglo XVIII. Cuenta con la curiosidad de que está presidida por una copia del cuadro ‘Martirio de San Felipe’, una obra de José de Ribera que durante mucho tiempo fue considerada como el martirio de San Bartolomé.
Nos vamos ahora, justo antes de volver a nuestro alojamiento de vanguardia en Valdepeñas, al convento de la Asunción de Calatrava. Cuenta con uno de los claustros más bellos del Renacimiento español. De planta rectangular, está conformado por dos galerías con 60 columnas clásicas con los fustes de mármol de Macael y tiene una escalera principal de tres tramos y balaustrada de traza flamígera.
El convento de la Encarnación destaca por su portada de acceso de dos cuerpos: el primero, del siglo XVI, formado por un sencillo arco de medio punto; y el segundo, fechado en el siglo XVIII, que está decorado con un elegante escudo de los Condes de Valparaíso, casa que donó una importante cantidad de dinero para la restauración del edificio.
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