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IGLESIA DE LA ASUNCIÓN, TEMPLO MÁS EMBLEMÁTICO DE VALDEPEÑAS

Son muchos los encantos que tiene Valdepeñas. Y muchas las razones para visitar esta bonita localidad de la provincia de Ciudad Real. Pasear por sus calles es una auténtica delicia en cualquier época del año. Descubrir su interesante patrimonio histórico-artístico participando de la ruta de las esculturas, a través de la que nos acercaremos al Quijote, a los valdepeñeros ilustres o a algunos de los momentos que han marcado la vida de sus habitantes; o dejándonos atrapar por la belleza y originalidad de su Plaza de España; o perdiéndonos en un entorno pleno de naturaleza con los Parques Nacionales de Cabañeros y las Tablas de Daimiel o el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera; o visitando enclaves arqueológicos como el del Cerro de las Cabezas o el de la Motilla del Azuer; o saboreando una gastronomía única y unos vinos que son el origen de la D.O.P. Valdepeñas; o alojándonos en un hotel de cuatro estrellas con spa.

Nuestra visita de esta semana se centrará describir el que pasa por ser uno de los edificios de referencia en la ciudad. Tanto por su significado histórico como por su incalculable valor arquitectónico, cultural y artístico, lo que le ha servido para ser catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC). Situada en uno de los lados de la Plaza de España, muy cerca del Ayuntamiento y a un agradable paseo de nuestro hotel de cuatro estrellas en Valdepeñas, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción pasa por ser el punto alrededor del cual se fue desarrollando la ciudad después de que la reina doña Berenguela la fundase en 1243 al unir varias poblaciones que se encontraban diseminadas durante su estancia en la villa de Pozuelo de don Gil aguardando a su hijo, el rey Fernando III el Santo.

Sus orígenes, tal y como la conocemos ahora, se remontarían al siglo XV, aunque su conclusión no llegaría hasta mucho tiempo después, en concreto hasta el siglo XVIII. Levantada sobre los restos de una antigua fortificación musulmana de los siglos XII y XIII que más tarde pasaría a depender de la Orden de Calatrava, su estructura obedece a los esquemas arquitectónicos imperantes en el gótico, aunque sería el estilo renacentista el que terminaría imponiéndose con el paso de los años en su finalización (decoración de las puertas y construcción de la capilla).

El templo, al que podemos acercarnos desde nuestro hotel con spa en Valdepeñas, presenta una planta de dos naves de diferente tamaño, la principal, de mayor longitud, y la de San Lorenzo, ambas de influencia herreriana. En el interior, en la nave principal destaca el retablo, copia del original destruido durante la Guerra Civil española, del que conserva seis tablas elaboradas en madera dorada y que son atribuidas al pintor renacentista Hernando Yánez de la Almedina; y la talla de la Virgen de la Consolación, patrona de la localidad, obra del artista Gregorio Prieto. Corona la tracería un ático encuadrado en una composición formada por el Cristo y su madre de tamaño natural.

En el exterior, la fachada más noble, elaborada en su totalidad en piedra de sillar, es la que se abre a la Plaza de España. Presenta cinco potentes contrafuertes con columnillas adosadas e, incluso, esculturas insertas de personajes que portan instrumentos musicales en la mitad superior de su alzado. Llaman la atención cinco ventanas, colocadas a distinta altura y con diferente fisonomía y decoración.

Cuenta, como su elemento más monumental, con la llamada Puerta del Sol, construida en la segunda mitad del siglo XV en piedra caliza con un estilo gótico isabelino. Solo queda de su tímpano un ángel con la corona de lo que debió ser el conjunto iconográfico de la Asunción de la Virgen. A su derecha se aprecian un reloj de sol, una inscripción escrita en lengua sefardí prácticamente ilegible que hace referencia a Mahoma y un túmulo funerario en el que estaría enterrado un feto de la Reina Isabel la Católica, procedente de un aborto ocurrido en una de sus varias estancias en Valdepeñas durante sus viajes hacia Granada.

En el lado suroeste de la iglesia contamos con la Puerta de los Catecúmenos, inspirada en La Piedad. Formada por un arco de medio punto con alfiz y decoración franciscana, también de estilo isabelino. Mientras, en el lado norte, está la Puerta de la Umbría, entrada a la nave de San Lorenzo. De estilo renacentista, se construyó en el siglo XVI, sufriendo algunas restauraciones en su chapitel en el año 1753. Cuenta con una hornacina con el santo y escudos de la Orden de Calatrava. Finalmente, la torre-campanario es del siglo XVI y está construida con piedra labrada. Consta de cinco cuerpos y está rematada mediante un chapitel, sobre el que hay un balconcillo que aloja una campana y soporta la veleta que hace a su vez de pararrayos.

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