El próximo sábado 26 de octubre, los aficionados al teatro lírico tendrán la oportunidad de disfrutar de una obra maestra en el Teatro Tomás Barrera, en Valdepeñas. Se trata de una nueva producción de La Revoltosa, zarzuela en un acto con música de Ruperto Chapí, escrita originalmente en 1897. En esta ocasión, la encargada de darle vida es la Compañía Teatral Clásicos de la Lírica, que ha apostado por una puesta en escena cuidadosamente elaborada, donde cada detalle cobra protagonismo.
La Revoltosa es una de las grandes joyas del género chico, un estilo teatral muy popular en España a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Su trama cómica, cargada de intriga, malentendidos y sobre todo del eterno juego del amor no correspondido (o al menos no admitido), sigue siendo capaz de conquistar al público de todas las edades. Pero en esta nueva versión, Clásicos de la Lírica ha querido aportar algo más: una combinación entre la tradición de la zarzuela y un aire moderno y fresco, capaz de atraer tanto a los nostálgicos de este género como a las nuevas generaciones.
La dirección artística de esta versión de La Revoltosa ha optado por mantener la esencia del texto original, pero añadiendo toques contemporáneos en la puesta en escena, el vestuario y la interpretación. El objetivo es lograr que el público se sumerja en la historia de esta corrala madrileña de principios del siglo XX, sin que la obra pierda su vitalidad y su encanto.
El escenario está ambientado con la precisión que requiere una producción de esta categoría: el mobiliario de la corrala, los elementos decorativos y utilitarios, cada mueble y objeto está elegido cuidadosamente para aportar autenticidad y, al mismo tiempo, ayudar a contar la historia. La atención al detalle es tan importante que se convierte en un protagonista más. Desde los faroles colgados hasta las pequeñas macetas, todo juega un papel en la representación de la vida en una típica corrala madrileña.
Los trajes, creados para esta producción, también han sido objeto de una especial dedicación. Cada pieza ha sido confeccionada siguiendo patrones de la época, con tejidos y detalles que reflejan el vestuario tradicional de Madrid a principios del siglo XX. Sin embargo, al mismo tiempo, se han integrado algunos elementos más ligeros y modernos que permiten a los actores moverse con mayor fluidez sobre el escenario, facilitando el dinamismo y la viveza que esta obra requiere.
El vestuario es también una herramienta que subraya la psicología de los personajes: Mari Pepa, la protagonista femenina, destaca con sus trajes llenos de color y vida, en contraposición con la aparente sobriedad de Felipe, que con su atuendo quiere proyectar una imagen de seriedad y autocontrol, aunque por dentro esté completamente rendido a los encantos de Mari Pepa.
La acción de La Revoltosa tiene lugar en el patio de vecinos de una corrala madrileña, un lugar donde la vida de sus habitantes transcurre entre la intimidad y la comunidad, con las idas y venidas del día a día expuestas a la vista y el juicio de todos los vecinos. Es en este entorno donde surge la complicada relación entre Mari Pepa y Felipe.
Felipe, uno de los vecinos más notables, presume constantemente de ser el único hombre de la corrala que no ha caído rendido ante los encantos de Mari Pepa, una joven hermosa y llena de vitalidad que parece tener a todos los hombres detrás de ella. Pero la realidad es bien distinta: tanto Felipe como Mari Pepa están profundamente enamorados el uno del otro. Sin embargo, ninguno de los dos quiere admitirlo. Este tira y afloja constante, donde ambos fingen indiferencia y hasta desprecio, mantiene al público en vilo y provoca no pocos momentos de risa y complicidad.
Los celos son otro de los grandes temas de la obra. Mientras Mari Pepa siente celos al ver a Felipe acercarse a otras mujeres de la corrala, él, por su parte, también se muestra inquieto cuando los hombres del barrio rondan a Mari Pepa, quienes actúan como una especie de coro griego cómico, sirviendo tanto para el humor como para intensificar la tensión romántica entre los protagonistas.
La situación llega a su punto álgido cuando las mujeres de la casa, cansadas de la actitud de sus parejas, deciden tomar cartas en el asunto. Con la ayuda de Chupitos, uno de los personajes más cómicos de la obra, organizan un plan para darles un escarmiento. Fingiendo una cita a ciegas entre Mari Pepa y cada uno de los hombres que la cortejan, logran provocar una serie de malentendidos y escenas cómicas que culminan en un clímax inesperado y divertido.
Además de la obra completa de Ruperto Chapí, esta producción incluye fragmentos musicales de otros grandes compositores del género como Federico Chueca, Tomás Bretón, Amadeo Vives y Manuel Fernández Caballero. Estos fragmentos han sido seleccionados cuidadosamente para complementar la historia principal, reforzando el ambiente musical y festivo de la obra. La música, por supuesto, juega un papel fundamental en la zarzuela, y en esta producción ha sido ejecutada con maestría por una orquesta en vivo, que acompaña cada escena con un sonido vibrante y lleno de emoción.
Uno de los grandes aciertos de esta versión es precisamente la manera en que la música y la interpretación se complementan. Los actores-cantantes no solo muestran una gran destreza vocal, sino también una notable capacidad para integrarse con los movimientos coreográficos y los diálogos, lo que convierte a La Revoltosa en un espectáculo integral, donde cada elemento artístico cuenta y aporta al resultado final.
El lugar donde tendrá lugar esta representación, el Teatro Tomás Barrera, es una joya en sí mismo. Situado en Valdepeñas, La Solana, este teatro cuenta con una larga historia y ha sido el escenario de innumerables representaciones tanto de teatro como de música a lo largo de los años. Su arquitectura y su acústica lo convierten en el espacio ideal para disfrutar de una zarzuela de esta envergadura.
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La representación de La Revoltosa el próximo sábado 26 de octubre en el Teatro Tomás Barrera promete ser un acontecimiento memorable, no solo por la calidad de la obra y de la compañía, sino por la cuidada producción que equilibra tradición y modernidad. Desde los actores hasta el vestuario y la música, todo ha sido pensado para que el público se sumerja en una experiencia teatral única, llena de humor, amor y pasión.
Para quienes buscan una experiencia completa, combinar el disfrute de esta zarzuela con una estancia en el Hotel Veracruz Plaza & Spa es la opción ideal. Valdepeñas se presenta como el escenario perfecto para una escapada cultural inolvidable, donde el arte y el descanso se unen para ofrecer lo mejor de esta encantadora región. ¡No te lo pierdas!
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