Hacemos esta semana un alto en el cuidado de nuestro cuerpo para viajar a las estrellas. Y es que los amantes de la astronomía están de enhorabuena con la llegada del verano, momento en que el cielo adquiere un enorme protagonismo con la lluvia de estrellas de las Perseidas, también conocidas como lágrimas de San Lorenzo. Un lugar perfecto para disfrutar de ellas es la localidad de Valdepeñas, donde podemos alojarnos en un hotel de cuatro estrellas con encanto y prepararnos para disfrutar de esos destellos efímeros, pero bastante numerosos, que surcan los cielos de toda España despertando el asombro de mayores y pequeños. Es momento de tumbarse en la oscuridad y dejarse arrebatar por la inmensidad del universo.
Aunque reciben el nombre de estrellas fugaces, nada tienen que ver con las estrellas, situadas a años luz de nuestro planeta. Esta lluvia luminosa se produce cuando pequeños fragmentos de roca, procedentes en su mayoría de cometas, se desintegran al entrar en la atmósfera a gran velocidad. Las Perseidas, en concreto, son pequeños trozos del cometa Swift-Tuttle que chocan con la atmósfera terrestre a más de 200.000 kilómetros por hora. Un fenómeno que podremos disfrutar desde la ciudad del vino, Valdepeñas, y desde nuestro alojamiento de calidad para toda la familia.
El nombre de Perseidas tiene que ver con el hecho astronómico que produce la combinación entre el movimiento de la Tierra y el del cúmulo de rocas que arrastra el cometa, lo que provoca que parezca que todas las estrellas fugaces proceden el mismo punto del universo, conocido como radiante. Un radiante que, en este caso, se encuentra hacia la constelación de Perseo. Su otro nombre, lágrimas de San Lorenzo, entronca con la tradición cristiana y con la conmemoración, el día 10 de agosto, de la muerte del mártir español. De ahí que, en tiempos pasados, se pensara que eran sus lágrimas, vertidas mientras era sacrificado en la hoguera.
Pueden verse hasta el 27 de agosto, aunque el momento de mayor intensidad será las madrugadas de los días 12 y 13 (pudiendo llegar a verse hasta 100 meteoritos por hora), siendo el mejor momento el de la medianoche. Habrá que buscar para ello, sin queremos disfrutarlas en toda su plenitud, un lugar alto, despejado y sin contaminación lumínica alguna. Resultan tan abundantes y fáciles de contemplar que no es necesario utilizar prismáticos ni telescopios para disfrutar del espectáculo en toda su plenitud.
Entre los mejores lugares de Ciudad Real, donde podemos encontrar un hotel de cuatro estrellas con spa en Valdepeñas, para contemplar este fenómeno astronómico están el Cerro de la Aguzadera, alejado del casco urbano y por tanto con escasa contaminación lumínica, el Cerro de San Blas, una de las estampas más reconocibles de la ciudad por la existencia de varios molinos antiguos recientemente restaurados, o el pantano de La Cabezuela, construido en los años 80 sobre el río Jabalón. Si estamos dispuestos a coger el coche y hacer unos cuantos kilómetros, un lugar muy recomendable es el aparcamiento de Las Tablas de Daimiel, donde suelen habilitarse cada año diferentes observadores astronómicos.
Alojados en un hotel con encanto en Valdepeñas, podemos complementar estos días de ocio y descanso en que hemos aprovechado para contemplar las Perseidas con visitas a la Plaza de España, donde descubriremos el curioso contraste de sus colores; a la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, el templo más emblemático de la ciudad y cuyos orígenes se remontan a finales del siglo XII y se relacionan con los Caballeros de la Orden de Calatrava. También la iglesia de los Trinitarios, construida entre 1615 y 1623; la ermita de la Vera Cruz, levantada sobre una antigua sinagoga del siglo XVI; el Museo Municipal; el Museo del Vino; el Museo de los Molinos; y el Molino de Gregorio Prieto, que alberga en su interior un pequeño museo de las tradiciones.
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