La plaza Mayor de San Carlos del Valle es una visita que merece sobradamente a pena. Rectangular, con galerías de madera que en uno de sus costados son dobles, apoyadas en columnas toscanas de piedra, es una muestra extraordinaria de la arquitectura de colonización del siglo XVIII, cuando los ilustrados Borbones pretendían ponerle las pilas al país.
En un costado de la plaza, que hace las veces de atrio, se levanta la iglesia del Cristo, un delicioso capricho Barroco con dos portadas similares y una gran cúpula encamonada flanqueada por cuatro torrecillas ochavadas. Su planta es de cruz griega y en su interior puede verse la imagen del cristo milagroso que sigue pintada en la pared.
En el exterior destacan varios elementos: su gran cúpula encamonada, adornada con ocho buardas, apuntada y envuelta al exterior por un alto tambor octogonal; la flanquean cuatro torres-campanario, con sendas figuras en su base de simbología incierta; la portada-retablo dentro de un arco rehundido, con cuerpo inferior de columnas toscanas y superior de columnas salomónicas sobre paramento almohadillado; en su centro hay un relieve que representa a Cristo y el milagro con los ladrones; en la fachada lateral, un relieve representando a Santiago Matamoros, en recuerdo a la Orden Militar a la que pertenecía el santuario. Fue declarada Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento en 1993.
En un lado de la plaza, en trasfondo, se halla el Ayuntamiento, cuya fachada es de balcón corrido voladizo sobre ménsulas de madera.
En el ángulo contrario al del Ayuntamiento está la Casa Grande de a Hospedería, típica arquitectura popular, que junto con su patio de los carros fue construida en 1704; dicho patio tiene en su centro un pozo y una pila, ambos tallados en una sola pieza, arcadas sobre columnas y galería superior. Fue utilizada como lugar de reposo para los viajeros y peregrinos, así como para hospedar a los constructores de la plaza y la iglesia.
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A 35 kilómetros de Valdepeñas.