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SAN CARLOS DEL VALLE, PUEBLO APODADO ‘EL VATICANO’ DE LA MANCHA (II)

La pasada semana arrancamos nuestra visita, desde nuestro hotel de cuatro estrellas en Valdepeñas, a la bella localidad manchega de San Carlos del Valle, nombre que recibe el estar situado en un valle entre las sierras del Cristo y de Alhambra, conociendo su historia y participando el domingo 5 de junio en un evento muy singular, una ceremonia nupcial en el que participó la Corona de Castilla, con la presencia de todo el cortejo real encabezado por el rey Fernando III, su esposa la reina Beatriz de Suabia y su hijo el infante Alfonso X. Hubo bailes medievales, exhibiciones de lucha con espadas y unas justas a caballo. Hoy vamos a conocer los interesantes patrimonios histórico-artístico y natural de esta joya barroca de la Mancha.

De forma rectangular, la Plaza Mayor fue creada por el arquitecto Juan Alejandro Núñez de la Barrera como atrio de la magnífica iglesia del Cristo del Valle con el objetivo de enmarcarla y ensalzarla dentro del conjunto. Con aspecto más de corral de comedias que de Plaza Mayor, se accede a ella a través de tres arcos y de la zona de la lonjilla y está conformada por galerías con columnas toscanas que sostienen dos pisos de balconadas con balaustradas de madera. A un lado se encuentra el Ayuntamiento y al otro, la Casa Grande de la Hospedería, que la pasada semana ya contamos que fue en su tiempo alojamiento de peregrinos y viajeros que recorrían el Camino Real que unía el sur y el norte de la Península.

La espectacularidad de la iglesia, declarada Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento en 1993, ha conferido a San Carlos del Valle el apodo de ‘el Vaticano’ de la Mancha. Su construcción duró 16 años, entre 1712 y 1729, y está concebida como un inmenso cubo con cuatro torres en sus ángulos y una enorme cúpula que le otorgan un aspecto colosal. La fachada principal cuenta con una interesante portada que enmarca una escena escultórica de Jesús en la cruz, contando con una portada similar también en unos de sus lados. La iglesia está conformada por tres cuerpos, en el segundo de los cuales, en los ángulos de los que arrancan las torres, aparecen cuatro esculturas humanas sobre pedestales tratadas de forma tosca y grotesca. En el tercer cuerpo están los campanarios, uno de ellos con reloj, y la cúpula central.

Su interior es de planta de cruz griega enmarcada en un cuadrado. La cúpula descansa sobre cuatro pechinas en las que están pintadas las imágenes de los cuatro evangelistas. San Juan (águila), San Lucas (buey), San mateo (ángel) y San Marcos (león). Está formada por un presbiterio, un coro construido en el lado de la Epístola y, frente a este, la capilla dedicada al cristo del Valle, una pequeña joya tanto por su arquitectura como por su decoración. La iglesia alberga bellas lámparas y alfombras y tres retablos, uno central y dos laterales.

La Casa Grande de la Hospedería fue en su día un modesto hospicio en cuyas dependencias se alojaban los fieles y visitantes que pasaban por San Carlos del Valle en sus viajes entre Andalucía y Castilla. La portada se divide en dos cuerpos, uno inferior, adintelado y con pilastras adosadas de sillar almohadillado, y el superior, con balconada de madera. Cuenta con otra puerta de acceso en la zona sur. De su origen primitivo, después de diversas intervenciones y reformas por el pésimo estado de conservación del edificio, solo se conservan la arquitectura de patio con corredor y el pozo.

El patrimonio natural está conformado por las sierras de Alhambra y del Cristo, con sus 1.010 metros de altitud. Desde su cima, en los días despejados, pueden contemplarse las primeras estribaciones de la Sierra de Cazorla, así como determinadas localidades del entorno, entre ellas Valdepeñas, donde está nuestro hotel de cuatro estrellas con spa en La Mancha, y La Solana. Se trata de espacios únicos donde llevar a cabo actividades de senderismo, con interesantes y variadas rutas que arrancan desde San Carlos del Valle.

La flora, típica del clima mediterráneo, está dominada por encinas, coscojas, jaras, tomillo, romero, diferentes variedades de orquídeas, retama, aulagas y, entre otras, esparto. En cuanto a la fauna, dominada por especies cinegéticas como el conejo, la liebre, la perdiz roja, el jabalí o la codorniz, también cuenta con ejemplares de zorro, gato montés, búho real, autillo, mochuelo, cernícalo primilla (cuyo vuelo puede contemplarse en la Plaza Mayor una vez que habita en las oquedades de la fachada de la iglesia), culebra de escalera, lagarto ocelado y, entre otros muchos, escorpión.

Aprovechando que hemos elegido como campamento base un hotel de cuatro estrellas con spa en Valdepeñas es obligado descubrir también la conocida como ‘Ciudad del Vino’. Paseando por sus calles podemos seguir la conocida como ruta de las esculturas y adentrarnos en la obre de Miguel de Cervantes, el Quijote; viajar hacia atrás en el tiempo y conocer los momentos de la historia que marcaron el devenir de la localidad, y acercarnos a conocer el semblante y la vida de algunos valdepeñeros ilustres.

La visita a la Plaza de España, con sus peculiares fachadas pintadas de blanco y azul, es obligada, así como lo es visitar la iglesia de la Asunción; el Museo Municipal, que alberga una importante colección de arte contemporáneo;  el  Museo del Vino, ubicado en la antigua bodega de Leocadio Morales de 1901; el  Museo de los Molinos, imagen identitaria de esta región de España; o el Molino de Gregorio Prieto, un gigante que guarda en su interior un pequeño museo de las tradiciones.

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