Seguro que somos muchos lo que pensamos que no hay nada mejor para combatir el intenso calor del verano que un refrescante baño. Y mucho más cuando, alojados en un hotel de cuatro estrellas en Valdepeñas, nos disponemos, ahora que contamos con unos días de ocio y descanso para poder dejar un poco de lado la rutina diaria, a disfrutarlo en alguno de los bellos enclaves naturales con que cuenta Ciudad Real. Y es que está provincia manchega cuenta con el privilegio de disfrutar de dos Parques Nacionales, el de Cabañeros y Las Tablas de Daimiel, y un Parque Natural, el de las Lagunas de Ruidera.
En el anterior artículo de este blog de turismo comenzamos nuestro recorrido por estos maravillosos espacios visitando este último, el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, a no mucha distancia en coche desde nuestro alojamiento en Valdepeñas, y tres de las playas fluviales con que cuenta en las lagunas del Rey, Entrelagos y Cueva Morenilla. Zonas todas muy accesibles y perfectamente habilitadas, con aparcamientos, restaurantes, bares, etc. Incluso cuentan con la posibilidad del uso de embarcaciones, siempre que no sean a motor y no interfieran con la fauna acuática y las aves que nidifican en el entorno.
Aunque para llegar a estas piscinas naturales que vamos a visitar habremos de coger el coche, hemos decidido establecer nuestro campamento base en un hotel con spa en Valdepeñas para poder conocer también el interesante patrimonio histórico-artístico de esta ciudad, conocida, por su innegable relación con la DOP Valdepeñas, como la Ciudad del Vino. Podemos comenzar nuestro recorrido por la Plaza de España, que nos provocará cierta sorpresa al ver las paredes de las fachadas de los edificios que la conforman pintadas de azul y blanco.
En este espacio, que es centro de reunión de valdepeñeros y visitantes, están y la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, cuyos orígenes se remontan a una época a caballo entre los siglos XII y XIII, siendo por aquel entonces parte de la fortaleza de los caballeros de la Orden de Calatrava, y la actual sede del Ayuntamiento, situada en parte del que fuera antiguo palacio del marqués de Santa Cruz. Salir de nuestro alojamiento para toda la familia en Valdepeñas para pasear sus calles es descubrir la Ruta de las Esculturas, con tres recorridos diferenciados: uno que nos lleva por la obra de Miguel de Cervantes ‘Don Quijote de la Mancha’; otra que nos acerca a los momentos históricos que han marcado el devenir de esta acogedora urbe; y una última que nos descubre la vida y obra de algunos valdepeñeros ilustres.
Estando donde estamos no podemos dejar de visitar el Museo del Vino, ubicado en la antigua bodega de Leocadio Morales, datada en 1901; y el de los Molinos, con una amplia colección pictórica en torno al mundo de los molinos de viento. También merecen nuestra atención el Museo Municipal, que alberga una interesante colección de arte contemporáneo, y el Museo Gregorio Prieto, instalado en una casa solariega del siglo XVII, y donde podremos sumergirnos en la obra de este pintor de la Generación del 27, así como en su más que interesante colección privada, con creaciones de artistas como Picasso, Matisse, García Lorca, Vázquez Días, Giorgio de Chirico, Solana, etc.
Buscando un espacio natural donde darnos un refrescante baño, llegamos, a poco más de una hora de nuestro hotel en Valdepeñas, a la localidad de Piedrabuena. Aquí el río Bullaque nos proporciona un paraje de gran belleza conocido como Tabla de la Yedra. Sus aguas tranquilas y aptas para el baño lo convierten en un lugar ideal para pasar el día, una vez que esta área recreativa dispone de merenderos con mesas, aseos, aparcamiento y establecimientos de hostelería, todo ello junto a grandes superficies arboladas que proporcionan una agradable sombra. También podemos hacer senderismo rodeados de sauces, fresnos, álamos negros y blancos, chopos, e incluso contemplar en las aguas de este afluente del Guadiana nenúfares amarillos y blancos, olmos y arraclanes.
Nuestra siguiente opción, a unos 25 minutos de Piedrabuena, es el pueblo de El Robledo, por donde también discurre el río Bullaque. Lo hace por el interior del casco urbano, donde existen dos zonas habilitadas para que podamos darnos un buen chapuzón rodeados de una agradable vegetación. Otra alternativa, antes de regresar a nuestro alojamiento en la provincia de Ciudad Real para descansar, es el pantano de Carboneras, en el pueblo de Brazatortas, en dirección al Parque Nacional de Cabañeros. Cuenta con una gran área recreativa con una playa artificial, además de merenderos y establecimientos donde poder tomar algo. Puedes practicar actividades como el piragüismo.
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