“Ya vienen los Reyes Magos, ya vienen los Reyes Magos, caminito de Valdepeñas, oé, oé, oé, Holanda ya se ve”. Nos hemos permitido la pequeña licencia de modificar un poco la letra de este conocido villancico para invitar a todos aquellos que estáis leyendo estas líneas a disfrutar del final de las Navidades en la conocida como Ciudad del Vino, una de las localidades más importantes y bonitas de Ciudad Real y, por ende, de toda Castilla La Mancha, y en un hotel de cuatro estrellas con spa.

La noche del miércoles 5 de enero, Melchor, Gaspar y Baltasar realizarán una cabalgata de largo recorrido por las calles más amplias de la ciudad, donde se encuentra nuestro hotel con todas las comodidades y servicios, para el disfrute de pequeños y mayores mientras se mantienen las principales medidas de seguridad en la lucha contra la pandemia de COVID-19.

Para evitar situaciones de riesgo este año se suprime la tradicional recepción de sus Majestades de Oriente en el Ayuntamiento y su espectacular llegada en loor de multitudes a la Plaza de España, uno de los espacios más emblemáticos de la ciudad y a muy poca distancia de nuestro hotel de vanguardia en Valdepeñas.

El cortejo arrancará alrededor de las 18:30 horas desde el árbol de Navidad instalado en la Avenida 1º de Julio esquina con la calle Norte y finalizará entrada ya la noche en el Pabellón Ferial ‘Esteban López Vega’ después de recorrer la ya mencionada Avenida 1º de Julio y las calles Seis de Junio, Avenida Gregorio Prieto y Avenida del Vino.

Una de las novedades de esta edición de la Cabalgata de la localidad manchega es que Sus Majestades de Oriente no lanzarán caramelos ni regalos en una decisión marcada por la prevención del COVID-19. Aunque lo que sí habrá será mucha ilusión, risas y sueños por lo que habrá de suceder durante la madrugada del día 6 cuando, aprovechando que estamos durmiendo en nuestro hotel para toda la familia en Valdepeñas, entren a hurtadillas en habitaciones y nos dejen junto a las zapatillas aquellos regalos que tanto anhelamos.

Este largo puente que nos ofrece la fiesta de la Epifanía del Señor, más comúnmente conocida como Día de Reyes, nos permitirá, además de conocer la Cabalgata, darnos una vuelta, desde nuestro hotel de cuatro estrellas en el centro de la ciudad, por Valdepeñas y sus alrededores y descubrir o redescubrir, para aquellos que regresan después de un tiempo, toda su belleza y encanto.

La Plaza de España será nuestro primer destino. Un lugar muy pintoresco en el que llama la atención la mezcla de colores azul y blanco de sus fachadas. En el centro cuenta con un fuente escultórica, datada en 1926, que representa una prensa de vino rodeada de ángeles. Bajo la estructura en la que se apoyan aparece el pez Tritón, de cuya boca sale un chorro de agua para simbolizar la unión entre el agua y la vida.

Como edificios más destacados aparecen la Casa Consistorial y la iglesia de la Asunción, eje alrededor del que en el pasado se desarrolló la ciudad. Sus orígenes están a finales del siglo como parte de la fortaleza de los Caballeros de la Orden de Calatrava, siendo hoy en día el templo más emblemático de una ciudad que cuenta también con la iglesia de los Trinitarios, de principios del siglo XVII; la iglesia del Santo Cristo de la Misericordia, datada en 1611; y la ermita de la Vera cruz, levantada sobre una antigua sinagoga.

No podemos dejar de visitar también el Museo municipal, que cuenta con una interesante muestra de arte contemporáneo; el Museo del Vino, ubicado en la antigua bodega de Leocadio Morales; el Museo de los Molinos, que dedica su patio central a los valdepeñeros que lucharon por la libertad el 6 de junio de 1808 frente a las tropas de Napoleón Bonaparte; y el enorme Molino de Gregorio Prieto, que alberga un pequeño museo de las tradiciones. Finalmente podemos darnos una vuelta por la ciudad para seguir la Ruta de las Esculturas, con el Quijote, los valdepeñeros ilustres e importante momentos de la historia como principales protagonistas.

En cuanto al entorno, podemos viajar al pasado a muy poca distancia de Valdepeñas adentrándonos en el Cerro de las Cabezas, un poblado íbero que nos enseña las que fueron sus áreas urbanas y defensivas y que nos permite vislumbrar, paseando por sus antiguas calles, un estilo urbanístico compuesto por áreas domésticas, almacenes, santuarios, murallas y torreones. Algo más alejados están el Parque Nacional de Cabañeros, declarado Zona de Especial Protección de Aves y Lugar de Importancia Comunitaria y que cuenta con especies en peligro de extinción como la cabra montesa, el águila imperial ibérica o el buitre negro; el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, un humedal que suele vivir en primavera su momento de mayor esplendor; y las Lagunas de Ruidera, un complejo sistema de 15 lagunas que albergan una gran diversidad de especies animales y vegetales.